Qué estará haciendo esta hora mi
andina y dulce Rita
de junco y capulí;
ahora que me asfixia Bizancio, y que
dormita
la sangre, como flojo cognac, dentro
de mí.
Dónde estarán sus manos que en actitud contrita
Dónde estarán sus manos que en actitud contrita
planchaban en las tardes
blancuras por venir;
ahora, en esta lluvia que me quitta
las ganas de vivir.
Qué será de su falda de franela; de sus
Qué será de su falda de franela; de sus
afanes; de su andar;
de su sabor a cañas de mayo del lugar.
Ha de estarse a la puerta mirando algún celaje,
y al fin dirá temblando: «Qué frío hay... Jesús!»
y llorará en las tejas un pájaro salvaje.
César VALLEJO, Los heraldos negros (Quarta edicion, Lima, 1988)
de su sabor a cañas de mayo del lugar.
Ha de estarse a la puerta mirando algún celaje,
y al fin dirá temblando: «Qué frío hay... Jesús!»
y llorará en las tejas un pájaro salvaje.
César VALLEJO, Los heraldos negros (Quarta edicion, Lima, 1988)
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